En una nota anterior hacíamos una interpretación periodística sobre: ¿Quién va a ser el presidente del concejo?, nos referíamos a las actitudes y acciones de los postulantes a este cargo, junto a las estrategias partidarias para poder llegar a la intendencia de la ciudad.
Ahora es tiempo de reflexionar sobre lo mejor para San Genaro mirando las cualidades políticas de cada uno de los concejales despojados de intereses partidarios, condición necesaria para poder llevar adelante este periodo de transición hasta el 2011.
¡Este concejo corre un grave peligro! Si no logra establecer una buena base institucional desde el comienzo con la asunción del presidente y los distintos bloques pueden fracasar rotundamente como el anterior y llevar a San Genaro a sumirse en una perdida de tiempo irreparable en los próximos dos años, que impactaran negativamente en el futuro de todos.
El intendente está sumido en un silencio cerrado y sin concejales representantes de su misma línea que asumirán el 10 de diciembre y que de seguir así, traerán muchos problemas institucionales. ¿Se puede gobernar una ciudad de esta manera? Resulta imposible creer que sí, aunque si la sociedad y nuestros concejales contáramos con mayor madurez democrática, tal vez se podría lograr.
Lo más importante en esta nueva gestión es que el presidente del concejo tenga buen diálogo con el intendente, y con reglas claras para un trabajo correcto con el resto de los bloques.
¿Cuál de los seis concejales está en condiciones de llevar adelante esta ardua tarea?
GRIPPO – ASCHERI – TANNURI – MARCONCINI vienen de una gestión que ya fracasó en los primeros años, clave para el buen inicio de la nueva ciudad.
Lo cierto es que con estas referencias es prácticamente imposible considerar que algunos de estos 4 concejales pueden presidir el concejo.
Ninguno de estos 4 concejales, después del fracaso del oficialismo en las últimas elecciones salió a ofrecerles colaboración al intendente. Ascheri, Grippo, Tannuri y Marconcini no fueron solidarios.
De los electos nuevos ingresantes al concejo el único que salió a tender una mano de apoyo a la gestión del intendente a pesar de haber sido muy crítico en la campaña fue Ariel Pérez.
Pérez se transformó en candidato posible a ocupar la presidencia de acuerdo a su experiencia en el trabajo público y hoy tiene la ventaja que no representa a un sector determinado, pero tendrá que evaluar esta posibilidad, teniendo en cuenta que este fuerte compromiso no le pueda jugar en contra a sus expresos deseos de gobernar la ciudad.
Pucciarelli por un lado no ofreció ninguna colaboración al ejecutivo y por el otro dejó muy en claro que junto a su socio Tannuri trabajaran en un estricto control dentro del concejo y eso suena bien, pero a Pucciarelli le resultará muy difícil presidir un concejo olvidándose de las deudas políticas que tiene Suárez con él, que vienen de la unificación inconsulta de los dos pueblos (San Genaro y San Jenaro Norte), estas deudas difícilmente prescriban.
Algo queda muy claro, en esta nueva etapa de transición, el Presidente del Concejo debe tener cualidades extraordinarias, buen diálogo, control sobre los recursos económicos, ser buen comunicador y como forma excluyente saber interpretar las demandas de los ciudadanos y tener buen diálogo con el intendente pero de forma muy seria, estricta y sin subordinación.
